16 julio 2007

No es el hecho (algunas condiciones de la crítica)

Si no se tratara de un pensador poco citable en estos tiempos "pos", habría que sugerir la lectura de Karl Popper. Digo con él que rara vez la verdad resulta evidente. Y ello es así no por efecto de alguna maliciosa conspiración que se obstine en su ocultamiento -modelo de explicación sugerentemente disponible a los extremos del arco ideológico, al que apelan tanto el fanatismo religioso como cierta izquierda radical (Satanás y El Sistema ostentan varias similitudes)-. Premeditación y alevosía son figuras aptas para el derecho penal pero necesariamente marginales en la reflexión sobre la realidad social, al menos si se quiere profundizar un poco en ella.

La verdad no es evidente algunas veces porque una mentira se le antepone, pero muchas otras porque es difícilmente distinguible del error. En ocasiones uno y otro obstáculo se presentan de modo concurrente: podría ser el caso de la relación entre medios de masas y sentido común. Pero no se trata de pensar que de las mentiras de los medios deriven los errores de la opinión pública. Por el contrario, ambos comparten la misma matriz generativa. A lo sumo puede sugerirse que los medios refuerzan con mentiras los errores de la opinión corriente.

Sea cual fuere el criterio de verdad, en general sólo es posible acercarse a ella a través de una lectura oblicua, capaz de abrirse camino entre los hechos. Una lectura orientada a la búsqueda de relaciones -muchas veces paradójicas- que permanecen ocultas, y una desconfianza sustantiva con respecto al hecho tal como se presenta a la percepción: he allí la esencia del pensamiento crítico. Tal vez por esta razón el periodismo jamás pueda alcanzar el estatuto de la crítica: demasiado preocupado en la comunicación del hecho y en sus características noticiosas, es incapaz de preguntarse por su esencia que, lo reiteramos, casi nunca está en la superficie. Más evidente aún resulta la imposibilidad de alcanzar la crítica para todo discurso propagandístico, trátese de la publicidad o del panfleto partidario: sólo le interesan aquellas interpretaciones que coinciden con sus intereses y expectativas previas.

Pero hablar de la verdad de las cosas, para distinguirla del error y de la mentira, puede hacer pensar en la pretensión de algún tipo de objetividad, en al menos dos de las interpretaciones corrientes de ese término: imparcialidad en la interpretación y ajuste de la interpretación con lo que el hecho es en sí mismo. Y sin embargo, ni una cosa ni la otra son completamente posibles; acaso no lo sean en absoluto. ¿Qué queremos decir entonces cuando insistimos en distinguir entre verdad, mentira y error? Si no resulta posible establecer un criterio de objetividad, ¿qué podría diferenciar entonces a estos términos?

La verdad no es evidente, pero sí llega a serlo la mentira. Sólo que no se trata aquí de una evidencia objetiva disponible para el observador. La evidencia sólo se hace presente para el sujeto: aquel que miente, siempre y necesariamente sabe que miente. Por este motivo resulta tan difícil regular la mentira en el campo periodístico, porque el único elemento indiscutible que permitiría distinguir una opinión errónea pero legítima de una mentira explícita puede permanecer oculto. Aun así es relativamente posible determinar si el sujeto conocía o estaba en condiciones de conocer algún aspecto del hecho que lo hubiera apartado del error y sin embargo lo ha omitido intencionada o negligentemente.

Pero lo que el sujeto no puede saber, aun cuando sepa que no miente, es si está o no en el error. Aquí la filosofía nos enseña que incluso el poderoso instrumento de la razón humana no llega a ser lo suficientemente eficaz, ni siquiera cuando puede valerse de otros aliados estimables: el conocimiento científico y su metodología. Es que un hecho cualquiera, aun el que pueda parecernos más evidente, para llegar a ser tal tiene que basarse previamente en una interpretación. Y una interpretación en otra, y así hasta el infinito. De modo que nunca hay hechos primarios de los que pueda predicarse una verdad incontestable. Esto es así al menos desde el punto de vista de la razón; distinto es el caso en otros órdenes de experiencia subjetiva. Nadie duda acerca de la verdad de sus propios sentimientos -por caso, si uno miente o dice la verdad- pero en general aquí la pregunta parece más bien carente de sentido, puesto que la respuesta suele ser evidente para quien se la formule a sí mismo.

Pero entonces, ¿qué criterio se puede utilizar para distinguir la verdad del error? Ésta es una pregunta abstracta para epistemólogos, y lo que interesa aquí es hablar de las condiciones de la crítica, es decir, de un pensamiento que se orienta hacia una verdad que concibe como no evidente y contextual (dijimos ya que se trata sobre todo de la búsqueda de relaciones). En conclusión, sugerimos dos condiciones esenciales de la crítica: apartarse de la mentira y desconfiar de la apariencia de las cosas. Con ello no llegaremos a la verdad, si entendemos por ella alguna formulación definitiva de la esencia de una cosa, pero eso no quiere decir que no podamos llegar a ningún lado. En el límite de nuestro ejercicio crítico no daremos nunca con el último problema ni con su solución, pero en el camino abandonaremos muchos que resultarán falsos y acaso logremos resolver alguno. En definitiva, la objetividad es una exigencia del lenguaje que la realidad puede no estar en condiciones de satisfacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sospecho a veces, dudo otras, y disiento muchas con el gobierno K. pero cada vez que me distraigo en las criticas publicadas miro bien de donde provienen. las certezas las encuentro cuando pese a mis dudas, sospechas y disenso observo que los enemigos del gobierno son los mismos enemigos mios. entonces doy credito. pudimos ver en estos dias como denuncias muy graves de corrupcion azotaron a las mujeres del gobierno. desde ya que ninguna administracion esta excenta de tener colado algun funcionario infiel, pero quiero elegir uno de los casos como ejemplo. el de romina piccolotti. la acusacion tiene que ver con un abultado aumento de los gastos de su cartera y con el nombramiento de mas de 300 funcionarios con ingresos superiores a los 8mil pesos, algunos de ellos familiares de romina.
sin detenerme en la a cusacion miro primero al acusador. el gupo clarin. el desestabilizador mas grande de la democracia argentina. el inventor de candidatos como en el caso de carrio. el ultramenemista hasta que consiguio luz verde para su monopolio y mal pago sus acuerdos. el que nunca publico una portada negativa al gobierno de la alianza y le solto la mano en las jornadas de diciembre de 2001. el que puso precio a la gobernabilidad de duhalde y logro la pesificacion de su deuda. el diario oficialista del kirchnerato y dueño del ultrakirchnerista pagina doce que consigui la prorroga de las licencias para los medios por una decada, sin requisito alguno.
pero porque clarin ataca hoy a su mayor fuente de ingresos...
a punto de definirse la fusion de las dos principales distribuidoras por cable, y negociando el futuro de la poderosa y monopolica empresa papel prensa, de la que es dueña junto con el diario la nacion y el estado mismo, clarin hace una manifestacion defuerza al gobierno. lo amenaza, concretamente.

es posible que la gestion admninistrativa de romina tenga mas de una desprolijidad. es el costo por poner al frente de una cartera a alguien sin experiencia de gestion, con el blason de su militancia ambientalista. romina tuvo que crear, la secretaria que ocupa. hablamos del organismo que controla el cumplimento de las leyes amientales en todo el territorio federal. honestamente creo que no alcanza con nombrar 300 nuevos funcionarios para semejante tarea y espero que esos nombramientos solo sean la primera parte de lo que signifique un verdadero plan de control en el cual los funcionarios enfrentaran a las contaminadoras que son las empresas mas ricas y poderosas de argentina y del mundo. ademas nadie tiene 300 parientes, que joder, y todos queremos tener cerca alguien de nuestra confianza, aunque comparta la sangre. sin abuso. tambien creo que llego el momento de que la secretaria de piccolotti comience a gastar en sintonia con el hacer. quiero que los gastos de la actual gestion sean decuplicados de las ultimas, que no hicieron nada.
quiero, tambien , que se la controle. quiero que se controle toda gestion en toda area estatal y privada. acepto la honestidad de la investigacion de los colegas que estan atras del tema, pero permitanme, por esta vez desconfiar del mensajero.
si nilda apaña el contrabando de armas a precio vil bajo etiquetas de descarte de chatarra, si felisa esconde dinero sucio en su baño y si romina se queda con los vueltos en las compras de muebles, las quiero presas. con los grandes evasores, con los corruptores que compran funcionarios y periodistas. con los traficantes de la informacion. con los responsables del modelo economico que tiene a la mitad de la poblacion infantil bajo la linea de pobreza y que mata un chico por hora en la argentina por motivos vinculados con la pobreza.
la mirada critica no solo es para distinguir la verdad sino para revelar el contexto. saludo la sintonia con este articulo y destaco la respnsabilidad que nos cabe a periodistas y comunicadores.
con un abrazo.